Que saben de mí todos mis amantes.
Que soslayan sobre mi piel enmudecida.
Qué murmuran revolviendo café y nubes sobre volcanes fumantes.
Qué secreto silbará el abedul recostado en mi espalda.
Qué sueño erótico sonrojó las venas del coihue sacudiéndole hasta el tronco.
Qué sol y qué luna fotografiaron mi desnudo más logrado.
Qué bosque de arrayanes me recostó aquella tarde sobre la hierba incendiando mi túnica ocre.
Fusión inexplicable.
Qué modo perturbador ideó el bosque para siempre, poseerme.
© diana poblet -
14 comentarios:
Dianita, poesìa sensual, erótica de delicado alcance al lector. Desde el Perù, Julia
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¿te ama el arrayán, el coigüe, el ciprés?
que suerte tienen, amar a semejante poeta.
Un placer pasar por aca,
Lucas Pekerman
Gracias Juli por tu pasar a deshoras y quedarte a cafetear conmigo,
abrazo,
d.
Lucas, no estoy segura de que Ellos me amen pero yo sí los amo, especialmente al Abedul.
Gracias por pasar y por tu tiempo para el comentario.
d.
Envidio al sol y la luna, me sonrojo con el coihue, pero, sobre todo, anhelaría ser abedul en ese bosque encantado.
Eduardo M.
Tal vez usted ya sea el abedul don Eduardo M. ¿No le parece?
d.
Diana, sinceramente, cada vez que leo algo tuyo me sorprendo mas..
No me canso de descubrir la riqueza de tus palabras..
Y este poema me hizo acordar al lugar donde vivia, que fue mi primer amor..
Saludos
Este poema es para Bariloche y sus árboles que nunca dejaron de asombrarme mientras viví allá; hoy, en ausencia, han logrado más fuerza al cautivarme.
Gracias por tu lectura y por tus palabras.
abrazo,
d.
Muy sensual tu poema! Enseguida pensé en Bariloche, lugar que me encanta y visito mucho por familiares que viven allá.
Qué bellos versos!!!
Un abrazo Diana
Alicia Borgogno
Gracias Alicia por tu lectura y tu tiempo de comentario.
Bariloche es invariablemente una experiencia mística, uno puede soslayarlo un tiempo pero luego surge y se queda para siempre.
abrazo,
d.
Vuelvo a leerte y me da alegrìa hacerlo. Besos desde Huacho, leyèndote a las 8.09 de la noche en el Perù, 10.09, en la Argentina, de Julie
Gracias Julita, también me alegra tu paso por este puerto.
abrazo,
d.
El ser humano y los árboles tienen la misma impronta la del creador maravilloso.por éso es natural que haya amor entre ambos como usted lo manifiesta señora .pero no quiero que éste comentario se vaya por las ramas,mejor que eche raices y se arraigue en su corazón de poeta
Gracias Juan por tu tiempo y tus palabras.
abrazo,
d.
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