Fue arroyo entre piedras, pradera y suave brisa
despeinó trigales, sedujo girasoles
montaña de pared vertical, cima escarpada
principio resignado,
llegada incrédula,
se disputó mi alma
en una sucesión de lunas
meditación y cataclismo.
Alguna vez quise morir -por simulacros-
otras, la atesoré como a diamantes
aprendí que tal vez hoy mismo, ella,
me impregnará en magias azules
y aunque no hay garantía en mi sonrisa
mi experiencia, registra como muy perecedero
el reinado de mis lágrimas.
© Diana Poblet